DEDICACIÓN DEL SANTUARIO NACIONAL DE LA VIRGEN DE COROMOTO
El domingo, 7 de enero de 1996, tuvo
lugar la solemnísima dedicación del Santuario de la Virgen de Coromoto,
construido en el sitio de la aparición… Durante toda la noche, las reliquias de
santos, a ser colocadas el día siguiente en el Altar __como se acostumbra
colocarlas en todos los Altares__, fueron expuestas a la veneración de los
fieles en la Capilla del Monasterio de Santa Clara de Asís, de las Monjas
Clarisas, cercano al Santuario… Se hallaban presentes numerosos peregrinos de
Caracas: de las Parroquias de San José de Chacao y de Ntra. Sra. de Fátima de
Petare. A las 12:00 de la noche, se celebró la Santa Misa frente a la Capilla
del Monasterio; y los peregrinos veneraron las reliquias en vigilia que se
prolongó hasta la madrugada. A las 8:00 de la mañana, éstas fueron trasladadas
al Santuario…
A las 9:00 de la mañana, el Santuario se
hallaba repleto, abarrotado de fieles. Los Obispos de Venezuela y los
sacerdotes concelebrantes se hallaban ya revestidos de los ornamentos sagrados,
cuando llegó el helicóptero el Presidente de la República, Dr. Rafael Caldera,
acompañado del Ministro de Relaciones Interiores, Dr. Ramón Escovar Salom, del
Ministro de la Oficina Central de Información, Dr. Fernando Egaña, del
Comisionado del Presidente para las relaciones con la Iglesia, Dr. Bernardo
Level, y de otras personalidades. El Presidente fue recibido por el Comité de
bienvenida __especialmente designado al efecto__, y pasó luego al interior del
Santuario…
Los fieles entonaban con entusiasmo el
Salmo 122 __”¡Qué alegría cuando me dijeron: ‘Vamos a la casa del
Señor’!” __, cuando entraron en procesión __sin cirios, sin incienso,
como está previsto en el rito de la dedicación__ los seminaristas, los
sacerdotes, los Obispos y el Nuncio Apostólico en Venezuela, Mons. Oriano
Quilici. Que la dedicación del Santuario fuera presidida por el Nuncio fue una
cuestión no de estricto protocolo, sino de simpatía… Mons. Quilici, en los
pocos años que llevaba en el país, se había granjeado la admiración y el afecto
del Clero y del pueblo venezolano…
Al llegar al presbiterio, el Nuncio
saludo a la asamblea. Los documentos relativos a la construcción del imponente
templo __planos, etc.__ fueron entregados al Rector del Santuario, Pbro. Edgar
Roa. El Pbro. Alfonso de Jesús Alfonzo Vaz, como representante de la Asociación
Civil “Venezuela a la Virgen de Coromoto”, hizo un recuento histórico de la
construcción: cómo la idea había sido retomada por la Madre Guadalupe y la
Madre Elizabeth, Superiora General de las Siervas del Santísimo Sacramento, ya
fallecidas, y cómo se habían iniciado las gestiones… Enseguida, el Nuncio
bendijo el agua para rociar al pueblo en señal de penitencia y en recuerdo del bautismo: “Santifica con bendición
esta agua, criatura tuya, para que, rociada sobre nosotros y sobre los muros de
este Santuario, sea señal del bautismo, por el cual, lavados en Cristo,
llegamos a ser templo de tu Espíritu; concédenos a nosotros y a cuantos en este
Santuario celebrarán los divinos misterios llegar a la celestial Jerusalén”
(1). El Nuncio roció con el agua bendita al pueblo, mientras que el Obispo de
Guanare __el tercer Obispo de Guanare__, Mons. Alejandro Figueroa, y el
Arzobispo de Maracaibo, Mons. Ovidio Pérez Morales __Presidente de la
Conferencia Episcopal Venezolana__ rociaron los muros del Santuario, en señal
de purificación. El Nuncio concluyó la aspersión con una Oración; se entonó el
Gloria __en latín, en tono gregoriano__, y el Nuncio dijo la Oración colecta.
Después de las lecturas bíblicas (cf. Jn 2, 13-22), el Nuncio destacó en su
homilía, que: “La solemne dedicación del Templo Votivo Nacional de Nuestra
Señora de Coromoto y de su Altar nos llena de gozo a cuantos nos hallamos
presentes en este glorioso recinto, y a los que a través de los medios de
comunicación social, siguen este sugestivo rito litúrgico. El de hoy es, sin
duda, un día histórico y de profundo agradecimiento a Dios por lo que están
viendo nuestros ojos y por lo que sienten nuestros corazones.
Tras largos años
de espera, con honda satisfacción, vemos hoy un sueño se ha cumplido; sentimos
que un ideal, vivamente anhelado, se ha realizado. El Templo Votivo Nacional en
honor de la Virgen de Coromoto, la celeste Patrona de Venezuela, es una
grandiosa realidad que nos llena a todos de júbilo y de admiración. Agradezco
desde lo más hondo de mi corazón al Excmo. Presidente de la Conferencia
Episcopal, S.E. Mons. Ramón Ovidio Pérez Morales, al Obispo de Guanare, S.E.
Mons. Alejandro Figueroa Medina, y a los Hermanos Arzobispos y Obispos de
Venezuela por haberme proporcionado el privilegio de presidir este acto
litúrgico, que considero como un hecho único y extraordinario en mi largo
servicio de Representante Pontificio ante una Iglesia local. Muchas han sido
las personas que a lo largo y ancho de la Patria, ha prestado generosamente su
colaboración, e incontables han sido los sacrificios que el amor a la Virgen
María ha arrancado del corazón agradecido de sus fieles e hijos devotos. Este
hermoso Santuario se convertirá ahora y por siempre en meta anhelada de
incontables peregrinaciones. ( … ) A fin de confirmarnos en la fe y dar nueva
vitalidad a la Iglesia de Venezuela vendrá como primer y gran peregrino a este
lugar, el próximo 10 de febrero, el Sucesor de Pedro, el Papa Juan Pablo II” (2).
Al mencionar al Papa, los fieles interrumpieron la homilía del Nuncio con una
ruidosa y prolongada ovación… Para finalizar su homilía, el Nuncio prorrumpió
en emocionadas exclamaciones, que fueron coreadas a una voz por la Asamblea:
“¡Viva Nuestra Señora de Coromoto! ¡Viva el Papa! ¡Viva Venezuela!” (3).
Hecha la profesión de fe __en forma de
interrogatorio, como también se estila en el rito del bautismo__, se cantó la
Letanía de todos los Santos, se colocaron las reliquias en el Altar __se selló
el sepulcro con la ayuda de un albañil__; y el Nuncio Apostólico pronunció la
Oración de dedicación: “Te suplicamos, pues, Padre Santo, que te
dignes impregnar con santificación celestial esta Iglesia y este Altar, para
que sea siempre lugar santo y una vez siempre lista para el sacrificio de
Cristo ( … )” (4). El Nuncio y seis de los Obispos concelebrantes se
quitaron las casullas, y vistieron los gremiales __una especie de delantales,
para no ensuciar los ornamentos sagrados__, se dirigieron al Altar y
procedieron a la unción del mismo con el crisma. Ungida toda la mesa del Altar,
otros Obispos concelebrantes ungieron los muros del Santuario… Quizás el
momento más impresionante de la dedicación fue cuando se colocó sobre el Altar,
recién dedicado, un brasero encendido… El Nuncio echó abundante incienso en el
brasero, y expresó: “Suba, Señor, nuestra oración como incienso en tu
presencia y, así como esta casa se llena de suave olor, que en tu Iglesia se
aspire el aroma de Cristo” (5). Humo perfumado emergió del brasero, e
inundó el Santuario… El Nuncio, entonces, echó incienso en el turíbulo, e
incensó el Altar, cuatro Obispos concelebrantes incensaron las naves del
Santuario… Concluida la incensación, las Siervas del Santísimo Sacramento __que
tienen constituida una comunidad junto al Santuario__, secaron la mesa del
Altar y colocaron el mantel y las flores… En seguida, se procedió a la
iluminación del Santuario. Se llevaron junto al Altar los candelabros con los
cirios; el Nuncio entregó una vela encendida al Diácono, quien encendió las
velas del presbiterio. Doce de los Obispos concelebrantes encendieron las velas
en el resto del Santuario…
A continuación, se procedió a
declarar formalmente Santuario Nacional al Santuario Diocesano de la Virgen de
Coromoto. Mons. Ovidio Pérez Morales, Presidente de la Conferencia Episcopal,
llevó brevemente la palabra, y Mons. Mario Moronta, Secretario General de la
Conferencia Episcopal, leyó el correspondiente Decreto, que fue firmado por los
Obispos, y también llevado para la firma al Presidente de la República… Gracias
a la generosa ayuda prestada por su Gobierno, el Santuario está listo para
recibir al Papa, el 10 de febrero de 1996… Con la Liturgia eucarística
prosiguió la Solemne Misa de aquel día para siempre memorable… Concelebraron
con el Nuncio Apostólico en el Altar el Obispo de Guanare, el Obispo emérito de
Guanare, Mons. Ángel Polachini __a quien se le debe un especial reconocimiento,
pues coordinó durante muchos años las obras del Santuario__, el Arzobispo de
Maracaibo y Presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Baltazar Porras. Los
demás Obispos y sacerdotes concelebraron desde las gradas __especialmente
diseñadas para grandes concelebraciones__ en el presbiterio…
Distribuida la comunión, el Santísimo
Sacramento fue instalado por el Nuncio en su Capilla, ubicada en la cripta (el
sótano) del Santuario, mientras la asamblea cantaba el himno “Pange lingua”.
También en este momento __como durante toda la Misa__ el Pbro. Víctor Guerrero,
Vice-Rector del Santuario, aclaraba con oportunas moniciones a la asamblea el
desarrollo de la Liturgia… El Obispo de Guanare tuvo todavía algunas palabras
de agradecimiento. Y entonces, vueltos todos hacia la imagen de la Virgen de
Coromoto __que tiene incrustada en la peana la reliquia de la Virgen__ se cantó
el himno: “Salve Aurora jubilosa de una Patria soberana ( … )”. Una
cerrada ovación siguió al himno, que estremeció a toda la asamblea… Impartida
la bendición, salieron en ordenada procesión los Obispos, sacerdotes y
seminaristas… Venezuela cuenta con un Santuario digno de la Virgen y digno de
Venezuela…
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- Departamento
de Liturgia del Consejo Episcopal Latinoamericano (editor), Pontifical y
Ritual Romanos reformados según los Decretos del Concilio Vaticano II y
promulgados por Su Santidad Pablo VI, Barcelona [España] 1992, pp.
380-466.
- Mons.
Oriano Quilici, Homilía en la dedicación del Santuario Nacional de
“Nuestra Señora de Coromoto” (7 de enero de 1996), en: Diario “La
Religión”, 10 de enero de 1996. p. 6.
- Ibid.
- Departamento
de Liturgia del Consejo Episcopal Latinoamericano (editor), loc. cit.
- Ibid.